La cebolla es la segunda hortaliza más importante en el mundo, después del tomate, con cerca de 78 millones de toneladas producidas en el mundo, 1.3 de los cuales corresponden a México [FAO, 2010]. Su ventaja es que puede consumirse en diferentes formas: bulbo seco, hojas verdes, bulbo o cabeza fresca, cabeza tierna o de desarrollo intermedio, deshidratado en polvo o escamas y en encurtidos. Además, es un cultivo que cuenta con gran diversidad genética adaptable a diferentes condiciones agroclimáticas, pudiendo establecerse exitosamente en muchas regiones.
Dentro del buen manejo agronómico, el método de siembra es vital ya que es posible proporcionar a la semilla las condiciones más favorables de temperatura, humedad y oxigenación para su buen desarrollo.
En algunos casos se busca evitar o disminuir los daños causados por plagas y enfermedades al cultivo. En otros casos, la función es servir como medio para evitar la erosión causada por el agua y por el viento.
Tres métodos de siembra de cebolla
A continuación se exponen métodos de siembra que han sido usados con buenos resultados, pudiendo combinarse para adelantar la producción o maximizar el rendimiento, producir semilla o lo que convenga al productor.
1. Siembra directa: Éste es uno de los métodos más usados. Aunque la cebolla es una planta típica de trasplante, se puede sembrar directamente en el suelo la semilla o los bulbillos. Normalmente se realiza a voleo y excepcionalmente a chorrillo, recubriendo la semilla con una capa de mantillo de 3-4 cm de espesor. Se debe tener presente que como el follaje de la cebolla es de poco desarrollo y no cubre bien el suelo, éste queda expuesto a la acción erosiva del agua y del viento. Es recomendable trazar curvas de nivel para proteger el suelo en invierno y garantizar el movimiento adecuado del agua de riego en verano.
El método de siembra directa acorta la duración del cultivo en campo y evita el costo del trasplante, pero aumenta costos en sanidad vegetal y exige la aplicación de un paquete tecnológico (ver próxima página).
2. Siembra por trasplante. Éste es el método para producción comercial más usado y para la producción de las plántulas es necesario preparar semilleros o canteros. La edad para el trasplante varía de acuerdo a la altitud sobre el nivel del mar de la región.
Generalmente los semilleros están listos entre 40 a 45 días (ó 50 a 60 días si tuvieron un manejo de desinfección), buen riego (sin exceder humedad) y control sanitario preventivo.
En esta etapa la plántula está expuesta a enfermedades fungosas y bacterianas tales como Mal del almácigo o damping off (causado por los hongos patógenos del suelo Pythium, Rhizoctonia y Fusarium), Alternaria, Mildiu, Pseudomonas y Phytophthora, o a plagas tales como Trips, Mosca de la cebolla, etc.
Según un análisis experimental hecho por la Universidad Católica Boliviana, las plántulas de cebolla tratadas con bioinsumos como Trichoderma, micorrizas, humus de lombriz y la combinación de los mismos, mostraron buenas cualidades agronómicas y control de enfermedades, (en esta investigación se probó con damping off).
Para los que deseen emprender la producción orgánica de cebolla, cabe destacar que aunque el uso de bioinsumos implica inversión económica, es posible recuperarla si aumentan los rendimientos de las cosechas y dan un valor agregado en el mercado.
Otra recomendación es hacer el trasplante cuando la planta esté lo más pequeña posible, cortándose el exceso de hojas para evitar que la planta pierda agua por transpiración al tener que mantener muchas hojas. Asimismo, se recomienda cortar el exceso de raíces para estimular el crecimiento de nuevas raíces con mayor capacidad de absorción de nutrientes.
3. Siembra por bulbillos. Este método consiste en sembrar cebollas pequeñas o bulbillos de 12 a 15 mm que se obtienen durante la cosecha normal o son producidos mediante semilla, necesitándose 2 kilos para producir una hectárea de bulbillo. Si se siembra mayor densidad de semilla habrá competencia entre plántulas, llegando a no formarse los suficientes bulbillos; mientras que con una densidad menor, se formarán bulbillos de un tamaño mayor al deseado, produciendo bulbos dobles en la siembra definitiva.
Una vez que las plantas hayan formado bulbillos y el follaje se haya secado, se cosechan los bulbillos y se secan en el campo. Las cebollas así obtenidas se siembran en el siguiente ciclo sin atrasar la producción.
Para este sistema, las variedades deben tener un adecuado período de reposo.Se recomiendan las variedades rojas y las amarillas, sólo almacenándose separadas con suficiente aireación para evitar que se pudran.
La plántula obtenida será de una variedad con cualidad de producir bulbo partiendo de bulbillos, de un diámetro no mayor de 2.5 cm, el cual pasa por un proceso de curado, que consiste en deshidratarlo y almacenarlo de 1 a 3 meses.
La siembra de bulbillos puede hacerse en canteros de 1.40 m a 3 hileras (0.35 m entre hileras) y 5 cm entre bulbillos con la raíz hacia abajo, y en camellones de 0.90 m a 2 hileras (0.20 m entre hileras) y 5 cm entre plantas.
Aspectos finales
El método seleccionado será aquel que logre el máximo beneficio, pero también se recomienda tomar en cuenta el cuidado del medio ambiente, ya que el agua es un recurso escaso y su suministro debe hacerse en cantidad suficiente para satisfacer las necesidades de las plantas sin excederse para no desperdiciarla ni dañar al cultivo o degradar el suelo.
Además debe tomarse en cuenta incidencia de plagas y enfermedades, tiempo, mano de obra, estrés para las plantas. En cada región y cada caso se debe analizar el método en base a las ventajas de cada uno y de los costos que se puedan incurrir. También pueden combinarse entre sí para eficientar y maximizar la producción y así poder entrar al mercado con excelentes cebollas.
Elementos clave en un paquete tecnológico en siembra directa
a) Análisis de suelo y fertilización de acuerdo a los resultados del mismo
b) Variedad de semilla adecuada para la época de siembra
c) Buena preparación del suelo, incluyendo nivelación y construcción de muros
d) Siembra mecanizada, utilizando sembradoras manuales o mecánicas
e) Densidad de siembra apropiada para evitar el raleo con densidades altas o bajas, bulbos muy grandes y bajos rendimientos. La densidad recomendada es de 70 a 110 plantas por m2. Es decir, de 700,000 a 1,100,000 plantas por hectárea.
f) Garantizar buena humedad al suelo con el riego, recomendándose por goteo para asegurar a germinación óptima de las semillas y el desarrollo de las plantas.
g) Manejo integrado de plagas y enfermedades. Control de malezas con herbicidas porque el control manual es difícil y costoso.
h) Buen secado y curado de la cebolla.
*Artículo originalmente publicado el 25 de abril 2012, revisado 17 de diciembre, 2014.
Uribe curso estudios de Ingeniería Agrícola y Ambiental en la Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro. Su carrera maneja diferentes áreas como riego, horticultura, fruticultura y ornamentales, aunque se enfoca principalmente en las ciencias del suelo y del área ambiental. Anteriormente cursó como T.S.U. en Tecnología Ambiental.
FUENTE: http://www.hortalizas.com/cultivos/cebollas-ajo/
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